Aprender no tiene edad. Este dicho popular se aplica perfectamente al aprendizaje de un segundo idioma, aunque es cierto que, en los primeros años de vida, el aprendizaje es más rápido y eficaz. Se trata de la edad ideal para que los niños aprendan inglés, ya que lo harán como si se tratase un juego.

A partir de la adolescencia, las actividades en el aula deben combinar recursos que conecten con ellos y con el tipo de ocio que les gusta, ya que así se sentirán más atraídos por las clases y por el aprendizaje del idioma. No obstante, a partir de los 12 años los alumnos suelen estar más dispersos, por lo que es muy importante su motivación. En este periodo importa, y mucho, su participación, hacerles ver que pueden compartir sus ideas con sus profesores y con sus compañeros. Todo de una manera lúdica, pero didáctica a la vez.

El valor de aprender inglés

No saber inglés hoy en día nos pone muchas limitaciones profesionales, haciendo que perdamos oportunidades, tanto de negocio como de crecimiento profesional. La falta de tiempo es en ocasiones, la excusa preferida por los adultos, pero con las clases online, el tiempo no debería ser un obstáculo para aprender inglés, tengas la edad que tengas. Cuando comenzamos a aprender un segundo idioma de adultos, contamos con la ventaja de tener una formación previa, y el conocimiento de nuestro propio idioma puede ser una gran ayuda. Conectar con la realidad social y profesional de cada alumno, sus aficiones y gustos, son parte de las clases, ya que de esa manera el alumno mejorará enormemente su comunicación oral.

Las academias de idiomas han cambiado, afortunadamente para bien. Los profesores también. Ya no se trata de alguien que se dedica a dar clases, sino que se trata de profesionales nativos, con amplia experiencia educativa y que conocen todos los campos de la pedagogía, con lo que consiguen que sus alumnos se interesen realmente en el aprendizaje de idiomas. Las nuevas técnicas hacen que las clases sean mucho más que aprender gramática, tanto para adultos como para los más pequeños.

Los niños aprenden divirtiéndose a través de cuentos, canciones y otras tareas lúdico recreativas. El niño se divierte y es más fácil que memorice todo lo aprendido. El mismo proceso, adaptado a su edad, se aplica con los alumnos más mayores: hay que llamar la atención del alumno, para que a través de sus gustos aprendan con interés y aprendan inglés con mayor facilidad.

Y una cosa fundamental para que un alumno, tenga la edad que tenga, hable bien inglés: hay que aprender a pensar en inglés. Cuando comenzamos a aprender un idioma, tratamos constantemente de traducir lo que piensa nuestro cerebro en español para traducirlo al inglés, lo que nos lleva a cometer errores gramaticales y de vocabulario constantemente. Cuanto antes comencemos a pensar en inglés, antes aprenderemos a hablarlo. Por eso recomendamos a todos nuestros alumnos, que, en su vida diaria, utilicen el inglés. Ya sea viendo películas o series, escuchando la radio o podcast o lecturas. Cualquier elemento que te ayude a pensar en inglés te ayudará a mejorar con el idioma.